lunes

Me habría gustado hablarte en aquel momento, aún sin estrenar. Me habría gustado probar suerte, sin embargo no lo hice. Quizá a sabiendas, quizá como se entiende que la ruina se encuentra tras las pupilas más tiernas. Quizá porque aún me quedaba algo de lluvia dentro, o precisamente porque la había perdido toda. El caso es que no lo hice, no hablé, y fue él quien acudió en mi búsqueda. Fue él quien abrió la boca y el alma, el que hizo girar la ruleta e intentando evitar el desastre, me alejó de allí antes de que el barco naufragara.