miércoles

Siempre fuimos cazadores de tormentas, tú, yo y esas ganas de vivir que destruían todo. Tirando de la furgoneta, de los moteles baratos de carretera, con la vieja maleta de tu madre a cuestas, y tus ojos que brillaban como estrellas en lo más alto del cielo. Mi chica rock&roll, mi Lea francesa, sin bajarte nunca del carrousel, sin parara de dar vueltas. Como te quise todos aquellos años, y como me querías tú. Como dementes, como animales. Como cazadores de tormentas que a su paso generaban huracanes, arrastrando truenos y viento, con la música a otra parte pero siempre dentro de nosotros. La groupie que bebía tequila y el rockero de los viejos tiempos. De los que ya no quedan. ¿Recuerdas, Lea?